Otra de las señas de identidad con que cuenta el municipio son, sin duda, las espectaculares colonias de dragos supervivientes de una vegetación termófila de antes de la conquista, convirtiéndose en un patrimonio natural único a nivel mundial. Éstos los podemos encontrar de forma más o menos ordenada a lo largo de todo el recorrido de Caminos Reales e interiores con los que cuenta el municipio de Garafía.
El Drago (Dracaena Draco) es una especie macaronésica (de los Archipiélagos Atlánticos) que se encuentra, aparte de en Canarias, en las Islas de Madeira y Cabo Verde; sus parientes más cercanos están en el Mar Rojo. Han tenido muchos usos; en la antigüedad, su savia, llamada «sangre de drago», fue usada en medicina y tradicionalmente sus hojas han sido empleadas para alimentar al ganado y para la fabricación de cuerdas.
Es, aparte de las Palmeras, el único árbol de las monocotiledóneas, con lo que su interés científico aumenta, siendo una de las poblaciones más importantes a nivel mundial, ya que normalmente los dragos naturales se encuentran aislados o en número pequeño.
Podemos encontrar, a lo largo de este Camino Real de costa, numerosas colonias de dragos y en otros casos dragos aislados, localizándose principalmente en Las Tricias, con su tradicional bosque de dragos de Buracas, así como en Lomada Grande, Santo Domingo, El Palmar, El Tablado o Franceses.